Conclusiones Jornada "Formar en Competencias - Reto de la Universidad en el Siglo XXI"



CONCLUSIONES
FORMAR EN COMPETENCIAS
 Reto de la Universidad en el Siglo XXI

1.       La Universidad (gestión + recursos) debe responder a los retos de esta sociedad, permanentemente cambiante, si desea no perder el tren: para las personas que vienen a formarse, y para los egresados que demanda.
2.       Para describir las competencias, sean básicas, específicas o transversales, se requiere un lenguaje claro y comprensible. Definirlas y asignarlas al contenido curricular es fundamental para que después, cuando el estudiante actúe como profesional en la disciplina que corresponda (enfermera, economista, ingeniero, profesora, abogada, médico,…), lo haga de forma eficaz y eficiente.
3.       La planificación y el desarrollo de la docencia basado en competencias es válido y el desempeño de las transversales tiene que realizarse de manera imbricada con la adquisición de las competencias específicas, pero además se requiere del compromiso de los agentes que intervienen en este proceso.
4.       Los estudiantes para graduarse tienen que alcanzar los resultados esperados establecidos en la memoria del Grado, mediante el desarrollo de las competencias citadas. Tenemos que responsabilizarnos de garantizar que el egresado salga con una buena formación, que refleje realmente el perfil competencial de la correspondiente titulación.
5.       Fomentar el desempeño de las competencias del alumnado conlleva favorecer su formación integral, mejorando su preparación e incrementando sus posibilidades de desarrollo profesional.
6.       Podemos aprender a ser competentes. Sin embargo es preciso considerar la parte más compleja del desarrollo competencial: el aspecto emocional, valores, actitudes,… ya que aportan una dimensión cualitativa importante en el crecimiento de los profesionales que repercute en su éxito profesional y también, en el personal.
7.       Nos han hablado de una competencia BÁSICA Y ESENCIAL: la Literacia. Y, nos han justificado cómo un satisfactorio nivel de ella, conduce a que una persona se desenvuelva, de forma activa, en su vida personal, formativo-profesional y social. Para que cada uno sea capaz de desarrollar otros hábitos y capacidades de cara a ser más eficiente y adecuarse a las necesidades que se le presenten.
8.       En definitiva, identificar las necesidades de los estudiantes al incorporarse al mundo profesional y anticipar con exactitud los cambios futuros, no es tarea fácil. Ajustar la formación a lo que necesitarán para adaptarse con éxito a los cambios rápidos y profundos del mundo de hoy, es el reto que nos corresponde asumir, como responsables de formar ciudadanos competentes para lograr una sociedad competente.

Lucía Campos Capelastegui